DESCENDER A LOS INFIERNOS POR PURO AMOR
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- 28 ene 2024
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Por Fr. Fernando Escobedo, OP.
Descender a los infiernos por nuestros amigos es una manera de hacer vida una de las grandes enseñanzas de Jesús: «no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos»
Nos toca descubrir a qué infiernos bajar y cómo hacerlo
¿Qué tanto llegaríamos a hacer por un amigo? ¿Iríamos por él hasta las mismísimas puertas del infierno? En uno de los momentos más conmovedores y determinantes de «La sociedad de la nieve», película recientemente estrenada en Netflix, aparece la siguiente frase tomada del Evangelio de Juan: «No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos» (Jn 15,13). Esto no es fruto de la casualidad, ya que son las palabras que Jesús dice a sus discípulos en la despedida que precede el inicio de su pasión.

Esta cita bíblica muestra que, en la cruz, Jesús dio la vida por sus amigos, ¡incluidos los que estaban en los infiernos! Por ello, después de su muerte descendió a los infiernos para liberarlos. Como nos recuerda santo Tomás de Aquino, bajó a los infiernos por sus amigos, por quienes «estaban allí y se decían ‘durmientes’ por la esperanza de la gloriosa resurrección» 1 , a saber, las personas justas y buenas que murieron antes de la resurrección de Cristo.
El descenso de Cristo a los infiernos es un ejemplo o lección del «amor más grande», el cual nos implica directamente. De acuerdo con santo Tomás, de la misma forma que Cristo descendió a los infiernos por sus amigos, nosotros/as igualmente hemos de hacerlo. De ahí que el santo dominico afirme que «Cristo descendió a los infiernos para liberar a los suyos; por ello también nosotros debemos bajar allá para socorrer a los nuestros» 2 . De modo que, si descender a los infiernos es una manera de hacer vida ese amor que da la vida por los amigos, nos toca descubrir a qué infiernos bajar y cómo hacerlo. Tratemos de responder a la primera pregunta.
Hay quienes llegamos a pensar en el infierno de forma «dantesca», por lo que imaginamos un sitio lleno de fuego, con círculos o áreas donde las personas condenadas pagan eternamente sus culpas, según la magnitud de los pecados que cometieron. Sin embargo, la Iglesia Católica nos enseña que el infierno es el «estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados» 3 .
«El infierno sólo puede ser algo que Dios no quiere de ninguna manera y en ningún caso», señala Lohfink 4 . Es una autocondena, una ausencia total de la presencia de Dios que cada persona decide reiterademente al decirle «no» a Él y «sí» al pecado 5 . Si alguien dice «no» a Dios y «sí» al pecado, no sólo inicia su infierno en la tierra, sino que crea como una especie de «infiernos terrenos» a su alrededor.
Estos infiernos son como las dos caras de una moneda: por una parte está la persona que los crea y por la otra quien los sufre. En otras palabras, un amigo nuestro puede encontrarse en cualquiera de esas dos situaciones: es quien crea los infiernos y los padece, o quien los genera y hace que otras personas los vivan.
Por ejemplo, no es normal que en México 10 mujeres mueran todos los días por feminicidio. No es normal que en México casi 115 mil personas sean víctimas de desaparición forzada hasta el díade hoy 6 . No es normal que nuestro país sea uno de los más desiguales y violentos del planeta. No es normal que Chihuahua sea el estado con el mayor índice de suicidioss 7 . Tampoco es normal que más y más personas experimenten la depresión, la pérdida del sentido de la vida y la indiferencia por sus prójimos. Por lo tanto, Cristo nos llama a romper los cerrojos y las puertas de hierro de estos y otros infiernos.
Ahora bien, ¿cómo descender a los infiernos? Sería extraordinario tener respuestas ciertas, pero bien sabemos que en las cosas del amor no siempre hay caminos fáciles, sobre todo cuando están en juego las vidas -¡nunca mejor dicho!- de nuestras amistades.
Con todo, hay algo claro: lo mejor que podemos hacer es poner a esa persona en las manos de Dios y realizar lo que está a nuestro alcance, sea poco o mucho. En nombre de Dios y con la fuerza que nos dé el Espíritu, unas veces nos tocará ser el hombro en el que se recargue, el espejo en el que se refleje y el oído que escuche sus sentimientos más profundos. Otras, la mano de la que se agarre, el abrevadero en que calme su sed y la voz que la incomode. En definitiva, apostemos por la vida y el bien de nuestros amigos/as 8 , especialmente en los momentos de necesidad, ya que el amigo es medicina de la vida 9 .
Valiéndonos de unas palabras de bell hooks 10 , finalmente digamos que descender a los infiernos por amor es, en cierto modo, una forma de abrirles las puertas del cielo a nuestras amistades y de liberar sus almas con la gracia de Dios, ya que sólo «el amor perfecto es el amor que redime, el que tiene la fuerza, como el fuego alquímico, para quemar y eliminar lo impuro y dejar el alma libre» 11 .

1 In III Sent., d. 22, q. 2, a. 1, sol. 2.
2 Véase Exposit. In Symbolum a.5.
3 Catecismo de la Iglesia Católica, no. 1033.
4 GERHARD LOHFINK, Al final ¿la nada? Sobre la resurrección y la vida eterna, Maliaño (Cantabria), Sal Terrae 2022, p. 210.
5 Cf. JUAN LUIS RUIZ DE LA PEÑA, ¿Hay que seguir creyendo en el infierno? El misterio de la muerte eterna, s/l, Cristo hoy 1977, pp. 349-352; ANDRÉS TORRES QUEIRUGA, Cuando decimos infierno, ¿qué queremos decir?, s/l, Encrucillada 1995, pp. 213-240.
6 Cf. COMISIÓN NACIONAL DE BÚSQUEDA, Registro nacional de personas desaparecidas y no lozalizadas, Gobierno de México, México 2024.
7 Cf. INEGI, Día mundial para la prevención del suicidio, Ciudad de México 2023.
8 Cf. Summa Theol., II-II (a), q. 25, a. 7, c.
9 Cf. ELREDO DE RIEVAL, La amistad espiritual. Oración pastoral, Monte Carmelo, Burgos 2012, II,12; III,63.
10 Por decisión de esta escritora y activista social, su nombre y apellido han de escribirse con minúsculas, ya que, según ella, la persona autora no tiene que destacar más que la obra.
11 BELL HOOKS, Todo sobre el amor. Nuevas perspectivas, Paidós, Ciudad de México 2022, p. 237.
Bibliografía
COMISIÓN NACIONAL DE BÚSQUEDA, Registro nacional de personas desaparecidas y no lozalizadas, Gobierno de México, México 2024, disponible en: https://versionpublicarnpdno.segob.gob.mx/Dashboard/ContextoGeneral
DE RIEVAL, Elredo, La amistad espiritual. Oración pastoral, Monte Carmelo, Burgos 2012.
HOOKS, bell, Todo sobre el amor. Nuevas perspectivas, Paidós, Ciudad de México 2022.
INEGI, Día mundial para la prevención del suicidio, Ciudad de México 2023, disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2023/EAP_Suicidio23.pdf
LOHFINK, Gerhard, Al final ¿la nada? Sobre la resurrección y la vida eterna, Maliaño (Cantabria), Sal Terrae 2022.
TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las sentencias de Pedro Lombardo Vol III/1. La encarnación del Verbo y la obra de la redención, EUNSA, España 2013, pp. 765-797.
– «Compendio de teología», en Opúsculos y cuestiones selectas V, BAC, Madrid 2008, pp. 285-286.
– «Exposición del símbolo de los apóstoles, esto es, del credo», en Opúsculos y cuestiones selectas IV, BAC, Madrid 2008, pp. 955-1023.
– Suma de teología II-II (a), BAC, Madrid 1994, pp. 238-250.
RUIZ DE LA PEÑA, Juan Luis, ¿Hay que seguir creyendo en el infierno? El misterio de la muerte eterna, s/l, Cristo hoy 1977, pp. 349-352.
TORRES QUEIRUGA, Andrés, Cuando decimos infierno, ¿qué queremos decir?, s/l, Encrucillada 1995, pp. 213-240.